1. Definir metas personales. Para saber a dónde quiero llegar personal y profesionalmente debo dedicar tiempo a reflexionar y analizar. ¿Qué quiero hacer con mi vida? Es curioso, pero la mayoría de las personas ni siquiera lo saben, simplemente van a trabajar por pura inercia. No podré saber qué hacer para mejorar, si desconozco a dónde quiero llegar. Mis metas deben ser específicas, medibles, tangibles, ambiciosas y realistas; para poder mejorar mi productividad personal.
2. Identificar cuáles son las tareas de alta rentabilidad. Puedo dedicar mi tiempo a llevar a cabo tareas de alta rentabilidad o puedo perder mi tiempo con tareas de baja rentabilidad. De ello dependerá el crecimiento de mi empresa y mi éxito. Por tanto es importante aprender a diferenciarlas y conocer cuáles de mis tareas debo priorizar por ser las que me aportan rentabilidad tangible. La situación real en las empresas es que la inmensa mayoría de las personas desperdician el 80% de su tiempo en tareas que sólo les aportan el 20% de los beneficios. Si aprendiéramos a incrementar la inversión de tiempo en tareas de alta rentabilidad, nuestros resultados se multiplicarían, al mejorar la productividad personal.
3. Evaluar a qué tareas dedico las horas en mi dia a día en la empresa. Esto implica hacer un registro diario de todo lo que hago para analizarlo al concluir la semana y poder valorar si realmente dedico mis horas a las tareas que aportan valor a mi empresa, que me hacen mejorar, o que me dan beneficios tangibles. Esta evaluación me servirá también para detectar hábitos inadecuados y barreras mentales.
4. Cambiar mis hábitos. Analizar si mis hábitos de trabajo me benefician o me perjudican. Si detecto hábitos que repito continuamente y me hacen dedicar horas a tareas no rentables, debo ser autocrítico y trazar un plan para abandonar ese hábito y reemplazarlo por otro hábito que me beneficie.
5. Superar mis barreras mentales. Analizar si las decisiones que tomo se basan en realidades o se basan en miedos inconscientes y condicionamientos mentales. Todos tendemos a auto justificar muchas decisiones que nos perjudican y obstaculizan nuestro éxito con excusas que nos calman la conciencia.
6. Emprender acciones de mejora. Todo lo anterior no sirve para nada si no planifico y emprendo acciones de mejora que me conduzcan a cambiar mis hábitos, superar mis barreras mentales, aprender a definir mis metas, etc. Si analizo lo que hago y detecto las cosas mejorables, el siguiente paso es poner por escrito la forma de corregirlo y mejorar.
7. Planificación. Todos los pasos anteriores los podré llevar a cabo únicamente si los planifico con dedicación y los meto en mi agenda. Sin planificar lo más fácil es que nunca me ponga a hacer estas cosas y me deje llevar por el día a día. Es imperativo aprender a planificar correctamente según las prioridades que me marcan las metas que he definido.
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