Ya tenemos el 2012 a la vuelta de la esquina. Como es habitual muchos de nosotros haremos propósitos para el nuevo año tales como: hacer crecer mi empresa, perder peso, dejar de fumar, estar más con mis hijos, hacer más cosas con mi pareja, apuntarme a un gimnasio, ser más productivo, etc. Son deseos pertenecientes a diferentes áreas de nuestras vidas, que siempre posponemos. Un día tras otro lo dejamos para mañana, esperando a que llegue el día oportuno. Pero, si son nuestros principales deseos, si son cosas importantes en nuestra vida… ¿Por qué no las hacemos hoy mismo? ¿Qué clase de extraño auto engaño nos lleva a hacer primero las cosas que nos importan menos?
Por desgracia la estadística nos dice que el 90% de las personas habrá olvidado tales deseos antes de un mes. El fenómeno de la dilación arrasa con la mayoría de las voluntades y se convierte en un obstáculo insalvable para estas personas. Nos dejamos arrastrar por nuestros hábitos y nos dejamos superar por nuestros miedos inconscientes y nuestros condicionamientos mentales. ¿Cómo voy a hacer crecer mi empresa, si nada más entrar en mi oficina me enfrasco en mi día a día, repitiendo mis rutinas y dedicándome a apagar los fuegos de siempre? No puedo esperar resultados diferentes si hago lo mismo que todos los días.
Muchas personas hacen grandes esfuerzos emprendiendo acciones con intención de lograr cambios, y hacer crecer su empresa. Sin embargo no logran mantenerse mucho tiempo, al final, tras un gran esfuerzo, el día a día, los hábitos y la inercia les vuelve a arrastrar. Esto ocurre porque no es suficiente con cambiar mis acciones, debo cambiar yo primero. Es necesario ser realista, analizar dónde estoy ahora antes de intentar llegar a otro sitio. Tan importante como saber a dónde quiero ir, es saber de dónde parto. Si no descubro cuáles son mis hábitos negativos, cuáles son mis miedos ocultos y mis barreras mentales, seguiré teniendo los mismos problemas. Es necesario cambiar de mentalidad. Antes del «hacer» está el «ser». Tengo que analizar cómo soy, antes de emprender acciones de cambio, porque el cambio empieza en mi.
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