En mis programas de formación, lo que enseño es un sistema, un método para lograr que las personas logren alcanzar sus sueños. Primero hago que mis clientes tomen consciencia de su situación, es decir, del punto de origen en el camino hacia el éxito. Y después les doy habilidades, les empujo a adquirir destreza en el uso de ese método.
Algunas personas piensan que lo que les voy a explicar consiste en hacer todo más fácil, en lograr el éxito sin esfuerzo, en desarrollarse como personas y crecer económicamente sin invertir esfuerzo, trabajando menos y permaneciendo en su zona de confort. Pero esto es imposible.
El desarrollo personal y profesional requiere trabajo duro. Quien pretenda llegar desde una situación de «comodidad» no lo va a conseguir. El método que enseño no es una varita mágica, que produce el milagroso efecto de que con asistir a escucharme las personas vean cumplidos sus sueños en la vida. En realidad, se trata de un viaje difícil e incómodo, que requiere esfuerzo y sacrificio. Requiere enfrentarse a los miedos internos, romper barreras mentales, eliminar hábitos perjudiciales, adquirir hábitos beneficiosos.
También hace falta auto cuestionarse continuamente, y ser capaz de admitir las carencias personales para crecer. Si me preguntan ¿Cómo alcanzar mis sueños? mi respuesta será, con trabajo duro.
Mi misión es acompañar a las personas en este crecimiento, motivándolas, proporcionando herramientas facilitadoras para el auto análisis y la medición del desarrollo personal. Les ayudo a tomar consciencia del punto en el que se encuentran, el punto al que quieren llegar y los hitos que han de marcar en el camino para no desviarse. Nuestro bagaje cultural y educacional, nos conduce a no cambiar, a no medir y a hacer siempre las mismas cosas. Ahí es donde entro yo para ayudar a tomar consciencia de la situación. Pero sin trabajo duro, no puede conseguirse.
Las cosas buenas les ocurren a las personas que están dispuestas al trabajo duro y la disciplina. La suerte no existe por si misma, la suerte solo se les aparece a aquellos que trabajan duro. Ninguna de las personas de más éxito y prestigio con quienes he trabajado ha llegado hasta dónde está, sin trabajar más que las personas que les rodean. Mientras la mayoría salen pronto de trabajar, dedican su tiempo a ver la televisión, y se acomodan; los triunfadores madrugaban, invertían largas jornadas, y se entregaban en cuerpo y alma al logro de sus sueños.
El cambio requiere trabajo y sacrificio. El trabajo duro te abrirá muchas puertas. Para lograr una vida extraordinaria, es imprescindible invertir unos años de mucho esfuerzo. Esto siempre ha sido y siempre será así.
¿Quieres aprender a alcanzar tus sueños? No sigas esperando a mañana, el éxito no depende de lo que hagas mañana, si no de lo que hagas hoy.
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