Eliminar los malos hábitos en el trabajo debe ser uno de tus principales propósitos. Hacer muchas tareas a la vez, dejar el trabajo más costoso para el final, no dejar de mirar cosas en Internet, echar de vez en cuando un vistazo a las redes sociales, parar de hacer tu tarea siempre que alguien te pide “un momento”… ¿Te identificas con alguna de estas acciones? Todas ellas derivan en una gran pérdida de tiempo, nos desconcentran, y nos desvían de nuestro plan. Las personas capaces de identificar estos malos hábitos para eliminarlos, multiplican sus resultados y son capaces de lograr sus metas.
1- Decide qué quieres cambiar haciendo una lista de tus malos hábitos de trabajo. Para poder cambiar un hábito hay que saber definirlo con exactitud y, así, podremos contar con la fuerza de voluntad necesaria para eliminarlo o cambiarlo por un buen hábito.
2- Durante una semana redacta un inventario de tus hábitos de trabajo. Realiza un registro diario de cosas que hayas hecho y que creas que están perjudicando a tu productividad. De esta forma, puede resultarte más fácil detectar los malos hábitos, y podrás añadirlos a la primera lista redactada.
3- Prioriza los malos hábitos que debes cambiar primero. Asigna un número a cada mal hábito y proponte un período de tiempo para eliminar cada uno. Se suele afirmar que para establecer un hábito en nuestra vida son necesarios 21 días. Por ello, date un plazo de 21 días para cambiar cada mal hábito por uno bueno.
4- Haz una lista de tres pasos que pueden ayudarte a eliminar ese mal hábito. Tenemos que ser lo más específicos posibles a la hora de planear los cambios de hábitos. De esta forma, será más probable que consigas tu objetivo con éxito.
5- Elimina todo aquello que pueda tentarte a seguir con tu mal hábito. Por ejemplo, si has mirado las redes sociales, cierra del todo la sesión cuando salgas para no volver a “picar”. Si no eres una persona puntual, pide a alguien que adelante tus relojes para no saber cuánto tiempo de adelanto llevan.
6- Vigila tu progreso. Sé consciente de lo que haces durante tu jornada laboral y apunta en un diario la asiduidad con la que repites el mal hábito. Así podrás ver, poco a poco, cómo vas progresando. Lo que te animará y ayudará a seguir con el proceso.
7- Incentiva tus progresos. Ponte a ti mismo una recompensa si tus progresos son positivos para que te resulte más fácil seguir progresando.
8- Sobre todo, no olvides ser paciente durante el proceso. La fuerza de voluntad y el verdadero deseo de eliminar los malos hábitos en el trabajo son imprescindibles para lograr tu objetivo. Visualiza la fuerza de voluntad como si fuese un músculo. Al igual que éstos, cuánto más ejercites tu fuerza de voluntad, más sencillo se te hará el proceso.
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